En el año 2008, un par de canales de televisión recordaban los casi 30 años tras de la muerte de John Lennon (1940-1980). Algunos dieron su biografía; otros en tanto, documentales sobre su asesino Mark Chapman y acerca del escritor J.D. Salinger. Para el groupie Beatle esta trilogía de personajes, le resulta clave a la hora de analizar lo ocurrido en el Central Park West de la ciudad de Nueva York la noche del 8 de diciembre de 1980. Sin embargo, sería del todo pasional considerar a uno de ellos responsable por el lamentable crimen, ese es Jerome David Salinger.
Salinger, murió el pasado jueves 28 de enero a la edad de 91 años. Conocido en todo el mundo por su obra más célebre: “El guardián ante el centeno/El cazador oculto”. En el testimonio del asesino de Lennon, Mark Chapman, cita a esta obra como su instructivo mediante el cual inicia su camino, que concluye matando al músico nacido en Liverpool. La lógica de Chapman fue que el protagonista de "El guardián..." Holden Caulfield, odiaba a los hipócritas. Tras leer otra obra “John Lennon: One day at a time” de Anthony Fawcett concluye que John Lennon era un hipócrita, Chapman era Holden Caulfield: John Lennon debía morir.
Luego que el “El guardián ante el centeno” se transformara en éxito de ventas, Salinger decide recluirse fuera de Nueva York, siempre se especuló que fue a raíz del acecho de fans obstinados. Alberto Fuguet comenta que «Cuando se publicó, a comienzos de los cincuenta, algunos críticos reaccionarios la tildaron de mala influencia y peligrosa. Quizás estaban pensando en futuros lectores como Mark Chapman» El libro era un pequeño Frankenstein, una bola de nieve que, a medida que iba avanzando, se hacía aún más real, tangible y realizable por personas con debilidad mental como la de Chapman quien declara: «Me sentía muy cerca de Holden Caulfield y The catcher in the rye. Los párrafos y las frases del libro penetraban mi cerebro e ingresaban a mi torrente sanguíneo. Mi alma se había transformado en las páginas de ese libro […]»
Al ser mencionado en el testimonio de Chapman, para Jerome David Salinger el episodio de los cinco balazos que le costaron la vida a John Lennon en la entrada del edificio Dakota, no le debió ser indiferente. Su propio Frankenstein había tomado un giro que, probablemente, nunca esperó.
Cuesta creer que uno de los más grandes compositores del siglo pasado haya muerto en tales circunstancias. Con “El Guardián ante el centeno”, Chapman no logra eximir, o cuanto menos atenuar, su responsabilidad de este cruento acto. A Salinger, por su parte, en sus cinco décadas recluido en los bosques de New Hampshire, con su obra que ha vendido más de 60 millones de ejemplares en todo el mundo, le pudo resultar inevitable someterse a una contradictoria dicotomía: La influencia de sus letras en un homicidio y el número de libros que habrá vendido después de 1980.
Salinger, murió el pasado jueves 28 de enero a la edad de 91 años. Conocido en todo el mundo por su obra más célebre: “El guardián ante el centeno/El cazador oculto”. En el testimonio del asesino de Lennon, Mark Chapman, cita a esta obra como su instructivo mediante el cual inicia su camino, que concluye matando al músico nacido en Liverpool. La lógica de Chapman fue que el protagonista de "El guardián..." Holden Caulfield, odiaba a los hipócritas. Tras leer otra obra “John Lennon: One day at a time” de Anthony Fawcett concluye que John Lennon era un hipócrita, Chapman era Holden Caulfield: John Lennon debía morir.
Luego que el “El guardián ante el centeno” se transformara en éxito de ventas, Salinger decide recluirse fuera de Nueva York, siempre se especuló que fue a raíz del acecho de fans obstinados. Alberto Fuguet comenta que «Cuando se publicó, a comienzos de los cincuenta, algunos críticos reaccionarios la tildaron de mala influencia y peligrosa. Quizás estaban pensando en futuros lectores como Mark Chapman» El libro era un pequeño Frankenstein, una bola de nieve que, a medida que iba avanzando, se hacía aún más real, tangible y realizable por personas con debilidad mental como la de Chapman quien declara: «Me sentía muy cerca de Holden Caulfield y The catcher in the rye. Los párrafos y las frases del libro penetraban mi cerebro e ingresaban a mi torrente sanguíneo. Mi alma se había transformado en las páginas de ese libro […]»
Al ser mencionado en el testimonio de Chapman, para Jerome David Salinger el episodio de los cinco balazos que le costaron la vida a John Lennon en la entrada del edificio Dakota, no le debió ser indiferente. Su propio Frankenstein había tomado un giro que, probablemente, nunca esperó.
Cuesta creer que uno de los más grandes compositores del siglo pasado haya muerto en tales circunstancias. Con “El Guardián ante el centeno”, Chapman no logra eximir, o cuanto menos atenuar, su responsabilidad de este cruento acto. A Salinger, por su parte, en sus cinco décadas recluido en los bosques de New Hampshire, con su obra que ha vendido más de 60 millones de ejemplares en todo el mundo, le pudo resultar inevitable someterse a una contradictoria dicotomía: La influencia de sus letras en un homicidio y el número de libros que habrá vendido después de 1980.