sábado, 19 de junio de 2010

Episodio 29: Dichos futboleros

«Entró hasta la cocina» Entrar hasta la cocina es sinónimo de pasar por encima a los diez jugadores de cancha. Entrar hacia el área chica y concretar un gol. Que, en el peor de los casos, puede ser una oportunidad errada que luego quedará entre las "chambonadas” del encuentro. Puede ser un festejo o una tomada de frente explicando lo inexplicable, por qué esa jugada no se convirtió en gol.

«Le pegó con el diario» Pegarle al balón con el diario es sinónimo de un tiro errado. Fuerza y precisión son factores que son tomados en cuenta en su conjunto, más aún lo primero. Pegarle con el diario, es imaginarse la situación literal de un tiro manso hacia las manos del arquero o simplemente desviado fuera de los tres tubos metálicos que conforman un arco. Sólo intente empujar un balón con un diario.

«Lauchero» Este es el arquetipo de un delantero que permanece adelante, siempre. Los laucheros son más comunes en las pichangas de barrio, donde no existen árbitros guarda-líneas que cobren fuera de juego. Sobre esto último, es un concepto difícil de entender por muchas personas.

«Comilón» No es cuestión de peso, calorías o porcentaje de grasas saturadas. Este tipo de jugador es el que no piensa el fútbol colectivamente. La ocasión propicia puede ser seguida por un compañero a pocos metros, a veces a centímetros, pero el comilón tiene que hacer valer su condición y no da un pase a uno de los suyos que, en el mejor de los casos, no recibe marca de algún jugador del equipo contrario. El título comilón se lo otorgan sus compañeros de equipo al ver que ha errado una oportunidad que pudo ser aprovechada de mejor manera pasándole el balón a otro en mejor posición, sin embargo, no lo hace. El comilón que sigue en su senda “comilona” puede recibir el título perpetuo de “comido”. Que muchas veces limita a que sus compañeros le den el balón a sus pies, porque el comilón deberá morir con la suya. Las condiciones de "comilón" y "lauchero" se pueden reunir en una sola persona.

«Ratón» El equipo ratón es aquél ultradefensivo. Para los que gustan de un fútbol vistoso, este arquetipo futbolero no será agradable. En Italia se conoce como catenaccio, una trampa mortal. Donde defensores, medio-campistas y delanteros se confunden para llenar su propia área y así lograr el objetivo de no sufrir un gol por parte del equipo rival. Lo de ratón es notorio, baste ver algún episodio de la serie Tom y Jerry, donde este último se escondía en su ratonera; pues bien, en este caso la ratonera es el arco. Este concepto puede ser entendido también como aquél equipo que se “cuelga del arco”, aquí hay que imaginar a los once hombres colgados del travesaño metálico de la portería, con el fin de mantener el marcador en cero. Por lo general, estos equipos ratones buscan mantener el empate y con mucha astucia podrían conseguir la victoria.

«Concentrados» Jaime Bayly escribe al respecto “Si un futbolista "está concentrado", no significa que está pensando, meditando o reflexionando, sino que se encuentra durmiendo fuera de su casa, en un hotel”. La expresión suena a campos de reflexión como la rutina de los monjes trapenses, pero que sin duda, es un término en sentido figurado.

«Calificar» Un errático concepto que muchas veces se confunde. En especial en México, calificar significa pasar de ronda en un campeonato. Lo que el resto del mundo entiende con el término clasificar, ellos lo entienden como calificar. Un equipo puede no clasificar siendo muy calificado.

«Timorato» El cliché de muchos periodistas que quieren rememorar relatos de uruguayos como don Mario Benedetti o Eduardo Galeano. En Chile en este ámbito se recuerda al difunto Julio Martínez, quien con un excelso lenguaje lograba darle mayor condimento a un relato. Recordado es su “justicia divina” en el mundial de fútbol de Chile en 1962. El periodista que usa el término timorato, probablemente, quiera llegar a ser como los personajes recién citados, sin éxito.

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